El uso del cannabis o marihuana ha estado ligado a la humanidad por más de 10.000 años, en los cuales las personas han sabido descubrir y aprovechar la multitud de aplicaciones que esta planta ofrece, tanto para el entretenimiento, el alivio médico y propósitos industriales. Sus orígenes se rastrean hasta Asia, razón por la cual es comprensible que las primeras menciones escritas que conocemos del cannabis provengan de esta región, en particular de China e India.
Aunque se remontan a casi diez milenios antes de Cristo, los primeros indicios del uso del cáñamo, la primera mención escrita sobre su potencial medicinal aparece mucho después, alrededor del año 2737 a.C. Aun así, es fácil imaginar que las cualidades curativas del cannabis se descubrieron mucho antes.
Tal como hemos señalado en relación al empleo medicinal de la marihuana, es evidente que ya se encontraba dentro de la farmacopea de Shen Nung, un emperador chino reconocido como el padre de la medicina china. Este eminente personaje reunió sus saberes acerca de plantas medicinales en un libro que data del año 2737 a.C. Cuenta la leyenda que, a parte de descubrir las propiedades medicinales del cannabis, Shen Nung hizo lo propio con el ginseng y la efedra. La primera referencia escrita del uso medicinal de la marihuana lo encontramos también en la farmacopea china, el Rh-Ya, en 1500 AC.
A partir de ese momento, podemos observar una serie de situaciones en las que esta planta es reconocida como una solución para diversas dolencias. Un ejemplo de ello es el Papiro Ebers, un documento que data aproximadamente del año 1500 a.C. y fue creado por los egipcios. En este papiro se mencionan las propiedades medicinales de la marihuana, incluso se describen usos como su aplicación en supositorios para aliviar las hemorroides.
En la edad medieval, en Europa, el cáñamo comenzó a ganar protagonismo: alrededor del año 400, fue cultivado por primera vez en Inglaterra, específicamente en Old Buckeham Mare. Posteriormente, en el año 500, se realizó el primer boceto botánico en Constantinopolitanus. Además, para el año 600, las culturas germana, franca y vikinga ya habían logrado producir papel a partir de la planta de cannabis.
Hacia el año 1.000, el empleo medicinal del cannabis se encontraba ampliamente arraigado en el mundo Árabe, siendo apreciado por unos y objeto de debate por otros. Figuras de gran importancia como Ibn Sina (Avicena), Omar Khayyám y Rhazès, empleaban el cannabis para tratar diversas enfermedades. Durante esta misma época, también se inició el uso del hachís, que como sabemos, se elabora a partir de la extracción de las glándulas de resina de la marihuana.
Hacia el final de la Edad Media, en el siglo XV, el cannabis se había incorporado plenamente al repertorio de soluciones de cualquier médico competente. William Turner, un destacado naturalista y considerado el primer botánico inglés, elogió sus atributos en su obra "New Herball", publicada en 1538.
El siglo XIX marcó la etapa de mayor difusión del cannabis medicinal en Occidente, con un enfoque especial en el aporte del doctor militar escocés W.B. O’Shaunghnessy. Luego de su regreso de servicio en la India (1841-42), O’Shaunghnessy contribuyó significativamente a la divulgación masiva de las propiedades terapéuticas del cannabis en la comunidad médica. En los 50 años subsiguientes, una multitud de expertos redactó cientos de artículos acerca de estas propiedades.
Hacia el final del siglo XIX, el cannabis había establecido su presencia tanto en la farmacopea americana como en la europea . Se había consolidado como un recurso eficaz para tratar numerosas enfermedades y malestares, con una amplia gama de aplicaciones. Los médicos lo prescribían sin restricciones y distintos extractos patentados estaban disponibles en farmacias y establecimientos de boticarios.
A lo largo del siglo XX, el cannabis fue objeto de una de las persecuciones más significativas e injustas que jamás haya sufrido una planta. Esta situación fue impulsada, en parte, por los esfuerzos del magnate de la prensa Randolph Hearst y las solicitudes de varios países ante la Sociedad de Naciones, entre ellos Sudáfrica y Egipto. Como resultado, el cannabis comenzó a ser gradualmente ilegalizado en varios estados estadounidenses (como California en 1915 y Texas en 1919) y en países europeos (como Inglaterra en 1925). En 1941, la marihuana finalmente fue eliminada de la farmacopea americana.
En gran medida gracias a estos esfuerzos, en la actualidad el cannabis medicinal está experimentando un renacimiento que habría sido impensable hace apenas tres décadas. Miles de pacientes tienen la oportunidad de utilizarlo legalmente para aliviar sus dolencias en varios países y en numerosos estados de los Estados Unidos.
Fausto S Fernandez
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